Los hermanos de la carretera y los setos están volviendo a casa.

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Los hermanos de la carretera y los setos están volviendo a casa.Los hermanos de la carretera y los setos están volviendo a casa.

El cielo es el plan de Dios para aquellos que serán sus futuros ciudadanos, a través de la fe en Jesucristo. Esto incluye a las personas que pueden estar en la carretera y en los setos en este momento. Se examinan las cualidades de quienes son dignos del cielo, así como también el testimonio de quienes lo vislumbran. La promesa en la que se basan todos los que serán bienvenidos al cielo. Recuerde que Jesucristo hizo la promesa (Juan 14:1-3).
Apocalipsis 21:5-6 dice: “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: escribe; porque estas palabras son verdaderas y fieles. Y me dijo: Hecho está. Yo soy Alfa y Omega, el principio y el fin”. El versículo 1 dice, y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron; y ya no había mar. Cuando Dios hace una promesa, nunca deja de cumplirla. Nuestro Señor Jesús siempre estaba predicando acerca del reino de los cielos, cuando caminaba por las calles de Judá; explicando que el reino llegaría pronto, no en el tiempo humano sino en el tiempo del Espíritu Santo. Salmo 50:5, “Juntadme a mis santos; los que han hecho conmigo pacto mediante sacrificio, (la muerte de Jesucristo en la cruz y el derramamiento de su sangre, en holocausto por nuestros pecados). 2ª Pedro 3:7, 9, 11-13; “Pero los cielos y la tierra que existen ahora, por la misma palabra, están reservados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. El Señor no retarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (Dios tiene suficiente espacio para acomodar a todos los que acepten sus pecados, se arrepientan y vengan a él como su Señor y Salvador, pero él dio a cada ser humano una voluntad propia para amarlo o amar al diablo; la elección te pertenece a ti, y no puedes culpar al Señor por dónde termina el cielo o el infierno). Puesto que todas estas cosas serán disueltas, ¿qué clase de personas debéis ser vosotros en toda santa conducta y piedad, esperando y apresurándoos a la venida del día de Dios, en el cual los cielos, ardiendo, serán disueltos, y el cielo se disolverá? ¿Los elementos se derretirán con el calor ferviente? Sin embargo, nosotros, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que more la justicia”. Nuestros hermanos de la carretera y de los setos ya empiezan a regresar a casa. Los ángeles están trabajando duro en la separación del trigo de la cizaña. Juzga tú mismo, ¿eres trigo o cizaña? Acordaos que por sus frutos los conoceréis (Mateo 7:16-20).

180 – Los hermanos de la carretera y los setos regresan a casa